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Cracterísticas relevantes
- Legado babilónico: Más de 1.200 años pasaron desde el glorioso reinado de Hammurabi hasta la subyugación de Babilonia por los persas. Durante este largo lapso de tiempo, la estructura social, la organización económica, el arte y la arquitectura, la ciencia y la literatura, el sistema judicial y las creencias religiosas babilónicas sufrieron una considerable modificación, aunque, en general, únicamente en los detalles, no en la esencia. Basados prácticamente por completo en la cultura de Sumer, los logros culturales de Babilonia dejaron una profunda impresión en el mundo antiguo, y particularmente en hebreos y griegos. La influencia babilónica es evidente en las obras de poetas griegos tales como Homero y Hesíodo, en la geometría del matemático griego Euclides, en astronomía, en astrología, en heráldica y en la Biblia
Hammurabi:Como rey, Hammurabi combinaba la astuta diplomacia con el liderazgo militar; derrotó a Rim-Sin, así como a los reyes de Elam, Mari y Esnunna, y hacia el 1760 a.C. se convirtió en el gobernante de un reino unificado que se extendía desde el golfo Pérsico hasta el río Habur. Se considera que la historia de Babilonia se inicia con Hammurabi.
Administrador inusualmente activo y capaz, Hammurabi ofreció su atención personal a detalles tales como la limpieza de canales de irrigación y la introducción de un mes más en el calendario.
- Sus ruinas fueron excavadas por Robert Koldewey a partir del 1839 y han permitido hacerse una idea de la ciudad que otrora llegó a ser el centro del mundo. Su nombre acadio era el de Bab-ilu (“Puerta del dios”) o Bab-ilani (“Puerta de los dioses”), traducción del nombre sumerio Ka-din gir y que los griegos anotarían como Babylon. Los cassitas le dieron el nombre de Karduniash, equivalen- te a “Dique del dios Duniash”.
De todas las ciudades mesopotámicas, Babilonia fue la más importante, tanto por su prestigio político y religioso como por la belleza de sus construcciones. Ciudad catalogada en la Biblia como símbolo del orgullo humano y causante de la ruina de Jerusalén y del exilio de sus gentes, hubo de conocer varias destrucciones a lo largo de su dilatada historia. Babilonia, ya citada en documentos acadios, inició su apogeo con la dinastía de los amorreos, que la convirtieron en capital de su imperio.

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